Washington Cabello
(LA HABANA, Cuba, CNN).- Continuando con el programa de su «histórica visita», iniciada ayer a Cuba, el Papa Francisco celebro una homilía en la Plaza de la Revolución.
Según lo estimado, alrededor de un millón de feligreses se dieron cita para disfrutar de algo que mucho otros millones en el mundo quisieran tener el privilegio.
Fue notario el fervor mostrado por los que se dieron cita, entre los que figuraron 3,500 invitados oficiales, destacándose la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, y de la presidenta de Argentina, Cristina Fernandez de Krchner.
El papa pidió a los cubanos cuidar y servir de modo especial a los más frágiles. Los instó a servir «a las personas» y no a las «ideas» e insistió en que la importancia de las naciones se mide en cómo atienden a las necesidades de los más desfavorecidos.
Recordó la frase que reza: «Quien no vive para servir, no sirve para vivir». «El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas», agregó el pontífice.
El obispo de Roma resaltó que Cuba es un pueblo, al que le gusta la fiesta, la amistad y las cosas bellas. Ademas de que, tiene una profunda vocación de grandeza.
El cardenal de La Habana, Jaime Ortega, agradeció al papa por la visita a Cuba y por sus oficios para el acercamiento entre Estados Unidos y la isla. A la vez que hizo votos porque ese acercamiento continué entre los políticos y los pueblos de ambas naciones. Para alcanzar, agregó, la reconciliación entre todos los cubanos, los que viven dentro y fuera de Cuba.
La misa tuvo lugar en el mismo sitio donde Juan Pablo II, en 1998, y Benedicto XVI, en 2012, se encontraron con una gran masa de fieles, entre un gran monumento en honor al héroe nacional José Martí y un retrato gigante de Ernesto «Che» Guevara.
Texto del Evangelio leído durante la misa:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.».
El pontífice tiene previsto en su agenda hoy mismo un encuentro con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la Catedral de La Habana y más tarde saludará a los jóvenes y miembros del claustro del Centro Cultural Félix Varela.
Ayer, el Obispo de Roma tuvo una masiva bienvenida popular con sentidas muestras de afecto y respeto en su trayecto hasta la Nunciatura en el capitalino barrio de Miramar.
En su discurso de bienvenida, el dignatario cubano calificó la visita apostólica y pastoral del líder de la Iglesia Católica de trascendente y enriquecedora.
